Cardioprotección en la red de metro
La red de metro está 100% cardioprotegida.
Desfibriladores en toda la red de metro
La instalación de desfibriladores en la red de metro se hizo de forma progresiva hasta llegar a tener una red 100% cardioprotegida.
En agosto del 2014, TMB se añadió al programa Barcelona, ciudad cardioprotegida, impulsado por la Asociación Barcelona Salut y la Fundación Brugada, con la colaboración del Departamento de Salud de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, el SEM y la Asociación de Farmacias, con el patrocinio de FIATC Seguros y Philips. Fruto del convenio, se equiparon con desfibriladores semiautomáticos cuatro de las estaciones de metro más frecuentadas.
Los desfibriladores semiautomáticos se fueron instalando por fases en los intercambiadores de la red de metro. En julio del 2021, los 24 intercambiadores de la red con más tráfico de personas, y que hacen la función de intercambio en otros transportes ferroviarios, quedaron cardioprotegidos. En noviembre de 2021 ya eran 47 las estaciones cardioprotegidas y la L2 quedó cardioprotegida en su totalidad. A pricipios de 2022 la red de metro quedó totalmente cardioprotegida.
Cómo se utilizan los desfibriladores
Los aparatos son del tipo desfibrilador externo automático (DEA), que diagnostica y trata el paro cardiorrespiratorio causado por una fibrilación ventricular o una taquicardia ventricular sin pulso, y lo puede utilizar cualquier persona aunque no tenga conocimientos sanitarios.
Los desfibriladores se encuentran en el interior de una caja transparente señalizada, en la zona central de los andenes y al lado del interfono. Son aparatos sencillos, aptos para que los utilice cualquier persona sin conocimientos sanitarios. Si se sospecha que un viajero está sufriendo un paro cardíaco, lo primero que hay que hacer es pulsar el botón SOS del interfono situado al lado de la caja donde está el desfibrilador. De esta forma, desde el Centro de Control de Metro se avisa a la central de emergencias para que los servicios médicos se desplacen a la estación. Después hay que extraer el desfibrilador y seguir las instrucciones. El dispositivo analiza el estado del paciente y le aplica una descarga eléctrica para restablecer su ritmo cardíaco.
Actuación rápida, dentro de los 10 minutos posteriores al ataque cardíaco
En TMB trabajamos por la prevención de las muertes súbitas por fallo cardíaco.
Las enfermedades cardiovasculares causan el 30 % de la mortalidad total en el mundo y constituyen un problema de salud pública de primer orden, con incidencia en personas de cualquier edad y condición. Aparte de la prevención y la difusión de hábitos saludables, una forma eficaz de evitarlo es la diseminación de desfibriladores que puedan ser utilizados en los 10 minutos posteriores a la crisis cardíaca, que son decisivos.